No hay nada comparable como la mirada cómplice entre una Ama y su sissy, ese amor, esa devoción, esa entrega de la sumisa hacia la jefa. Siempre complaciente, dichosa de tener a una mujer tan bella y divina, con la que aprende todos los maravillosos secretos del mundo femenino. Arrodillarse ante ella y ayudarla a subir la cremallera de la falda resulta ser un acto totalmente sublime, o el simple de peinarla, ayudarla a ponerse los pendientes, una diadema en el pelo, o marcar el rubor de las mejillas, ayudarla a elegir los tacones que mejor le va con el vestido que entre las dos hemos elegida para su cita... etc etc.
Una sissy siempre debe de mostrar felicidad (se nos nota en la cara), por la suerte de haberse cruzado con semejante mujer, orgullosa 100% de tener la oportunidad de servirla, de dedicarse en cuerpo y alma a ella, de ser su confidente, sus miradas hablan por sí solas, tanto una como otra siempre estarán encantadas de haberse conocido, no hay nada como la amistad y la servidumbre entre una sissy y su regidora, por que cada día que aprende algo más del mágico universo "femme". Nadie como su Ama le va a enseñar los placeres y secretos de lo divino que es ser mujer, siempre le va a estar agradecida por los sabios consejos de una mujer de los pies a la cabeza.
Por eso es un honor ponerme a sus pies las veces que sea, siempre con una sonrisa dibujada en la cara por lo feliz que me hace de estar a su lado, y por conseguir sacar de mi el lado femenino que todas llevamos dentro.
La adoro
Besitosss corazoness